
¡TRUENOS Y RELÁMPAGOS!
Autores: J. Jacobs y W. Casey. Dirección: R. Reguant. Coreografía: C. Comín. Dirección Musical: M. Guix. Reparto: C. Solano, Edurne, M. Parejo, E. Gadel, A. Muñiz, G. Rodríguez, B. Guerra, G. Astudillo... Nuevo Teatro Alacalá. Madrid. ★★
A ver, que levante la mano quien nunca haya berreado «Grease Lightning» en una boda o una noche de sábado recorriendo el local con el dedo. La película de Randal Kleiser de 1978, basada a su vez en un musical escénico, no fue y es un fenómeno por casualidad: tiene una historia alegre y juvenil, y un puñado de temas que enganchan. Recuerdo esto porque, pese a sus baches, «Grease», el musical que acaba de llegar a Madrid funciona, aunque haya que buscar buena parte del mérito en su chasis original.
Al montaje no le falta chispa: es divertido y ameno. Ricard Reguant tira de oficio y es fiel al filme en la estética. Mención especial merece el trabajo coreográfico de Coco Comín. Pero no todo es relámpago en este bólido rosa.
Hay también truenos: el tono infantil que Reguant imprime a los diálogos, por ejemplo. Uno está deseando que el reparto deje de hablar y siga cantando; se maneja mejor en lo musical que en lo actoral, con honrosas excepciones. No hay color entre la solidez de Elena Gadel (Rizzo), Griselda Astudillo (Frenchy) o Víctor Díaz (un rotundo Vince Fontaine) y un Carlos Solano a años luz del encanto canalla de Travolta. Edurne encarna con dulzura a Shandy: se nota su formación de cantante. Si van, quizá lo pasen bien. Pero no comparen. La memoria es cruel.
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