«Días de vino y rosas»

EL DÍA DE LA BESTIA

De J. P. Miller. Adaptación: David Serrano. Con Carmelo Gómez y Silvia Abascal. Dirección: Tamzin Townsend. Teatro Lara. Madrid.

La historia de «Días de vino y rosas» podría parafrasear al comienzo de «Trainspotting», de Irvine Welsh; Sandra y Luis se debaten en el verbo «elegir»: por un lado, una vida cómoda, ordenada; por otro, su bestia negra, una Némesis que habita en ellos y en la que se sienten cómodos mientras no la ven con perspectiva. Porque en «Días de vino y rosas», J. P. Miller, y más tarde Blake Edwards en cine y Owen Mcafferty en su adaptación teatral reciente, retrata una historia de alcoholismo, aunque tras ella pueda intuírse la espiral destructiva de cualquier adicción, incluido el amor. En definitiva, Sandra y Luis se aman tanto que se destruyen sin poder evitarlo.

Igualmente, sobre el escenario encontramos dos animales devorados por su hambre, o aniquilados en este caso por su sed. Y aunque Silvia Abascal pueda parecer la rosa lánguida que ha de curar a la Bestia del cuento, se revela como un torbellino junto a Carmelo Gómez, sobre todo en las escenas en que el texto le permite, gracias al alcohol, dejarse ir, y se descubre a una actriz de carácter, escondida tras una princesa. Su príncipe encantado está inmenso: el actor leonés se crece en la comedia con una capacidad contrastada para reírse de sí mismo. Que puede ser un huracán es algo que también se sabía: cómodo en la piel de su personaje, pasa por todos los matices, del entusiasmo a la ira, del egoísmo a la desolación, sin embriagarse de ego actoral en ninguno de ellos.

El dúo sobrevive a la comparación inevitable con los gigantes del clásico: Jack Lemmon y Lee Remick cuajaron una química inolvidable. Ésta es otra, en color y aquí y ahora. La pluma de David Serrano le guiña un ojo desde la adaptación al mundo de las estrellas internacionales del deporte español (se conocen camino a Nueva York, donde él trabajará como relaciones públicas de un trasunto de Pau Gasol) y Tamzin Townsend dirige a la pareja con eficacia al ritmo de Louis Armstrong y los Ramones.

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